No hay otra alternancia que la que se hace alternando, y visto lo que están dando de sí las dos últimas legislaturas, siempre es bueno conocer cuáles son los proyectos del principal partido de la oposición en lo que se refiere a Internet. Lástima que la puesta de largo de la Carta de Derechos de Internet impulsada por el Partido Popular se haya deslucido por una afirmación poco meditada, comentada en la rueda de prensa, pero que no aparece en el texto de la Carta.
Esteban González Pons fue Presidente de la Comisión de Redes Telemáticas del Senado, precisamente en los años en que se aprobó laLey Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal. Por ello sorprende sobremanera que desde el partido político que aprobó en la citada ley orgánica la cesión internacional de datos, pretenda ahora que los datos de los españoles se queden en España, para gran alegría de las empresas de alojamiento de la Internet patria.
Los bits no entienden de fronteras ni pasaportes: aunque le pongamos al cero color rojo, y al uno color gualda, los datos binarios seguirán siendo apátridas allí donde vayan. Como mucho, se pueden exigir las prevenciones que ya existen en la Ley y en el Reglamento de Medidas de Seguridad, para que los datos de carácter personal se almacenen en servidores que cumplan las mismas garantías de protección de la intimidad exigidas por la normativa europea. Pero por lo demás, ancha es Castilla, y mucho más ancha Internet.
Es una lástima tener que comenzar por la arena cuando hay mucha cal, y muy blanca. La Carta de Derechos de Internet que presentó ayer el PP es un texto razonable en muchos aspectos, que podría ser asumido por cualquier partido democrático. Especialmente interesantes son sus afirmaciones en materia de libertad de expresión y propiedad intelectual, teniendo en cuenta el debate nacional abierto desde que el Congreso de los Diputados rechazó la Disposición Final Segunda de la Ley de Economía Sostenible. Ya saben, aquella Ley que llevaba un nombre que no se volverá a mencionar en este blog, precisamente por respeto al autor original.
“…toda página web con independencia de su contenido es un medio de comunicación, y por consiguiente la decisión de cierre de una página web deberá ser siempre adoptada por la autoridad judicial competente.” Puede parecer una tontería, pero el que esto escribe se ha pasado diez años esperando leer este párrafo en un texto del Partido Popular. Desde que en el año 2001 se iniciase desde Kriptópolis la campaña contra la LSSI, nos hemos hartado de decir que toda Internet es una publicación, y que sólo los jueces pueden secuestrar publicaciones. Está visto que para caerse del caballo y ver la luz, primero hay que recorrer una larga estepa en la oposición. Nada como el desierto para inspirar sabiduría en los futuros gobernantes.
Como decía, tampoco está mal lo que dicen sobre propiedad intelectual, canon digital y licencias libres. Queda aún mucho trabajo de pedagogía, pero todo se aprende con paciencia y ganas de aprender: no hay mejor universidad que la calle, y no hay mejor calle que la propia Internet, como demuestran las redes sociales a las que tan asiduo es don Esteban González Pons. De hecho, es muy reconocible en la Carta el estilo forense de alguno de sus contertulios habituales.
Arenas y cal, y sobre la miel, unas gotas de acíbar. Recomendando a los lectores habituales que estudien por sí mismos la Carta de Derechos de Internet, no quisiera despedirme sin ofrecerles el resultado de un divertido ejercicio de “fisking”, práctica en la que es maestro el flamante director de Ibercrea, e ilustre vecino de blog, Arcadi Espada. Que conste que yo no he sido. Tampoco saldrá de mi boca el nombre del Anónimo, que como bien saben ustedes, es mi autor favorito.
FUENTE: EL MUNDO
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